PUEBLOS PARROQUIANOS: VERÓ O CORRAL DE BAYETO

Por Audilio González Rozada
(Breve descripción versificada, intentando imitar, aunque no bien, la rima de las estrofas manriqueñas)

Nota: Esti poema descriptivu del paisaxe y paisanaxe del pueblu de Veró alcuéntrase asoleyáu nes páxines 58-60 del porfoliu de La Fiesta'l Pote del añu 1994.







Los pueblos de esta parroquia,

tienen por sí, de atrayente,

gran belleza;

con vistas maravillosas,

frescas y abundantes fuentes

y arboledas.

En todo, por su esplendor,

no figura ninguno

destacado;

ya que unos ganan en sol,

y otros en buenos productos

o ganados.

El que a mí me vio nacer,

es como un mirador amplio

y especial;

pues desde él se puede ver,

el paisaje bello y vario

parroquial.

Situado en lo más alto

del sector no mui solar

de la misma;

tiene enfrente a los poblados

del Escobal, Colláu'scobal

y Casacima.

Así como a La Payega,

Argayaes, Seca l’Agua,

Vasulián;

Rezaleru, Vallica l’Agua

y Cascayal.

Por ello el nombre de Veró,

y el de Corral de Bayeto

que igual tiene;

se debe a quien lo inició,

por bayetas que en su atuendo

se pusiere.

De él a La Rebollá,

hay un kilómetro largo

de trayecto;

a la Iglesia, dos o más,

y a Sotrondio, cinco y algo,

bien cubiertos.

Tiene buena carretera

teléfono, agua en casas,

tiene luz;

una riqueza completa,

y aire puro, que recarga

la salud.

También vegas espaciosas,

con parcelas dedicadas

a labor;

unas con algo de sombra,

y otras mejor orientadas

siempre al sol.

Como El Barrerru, La Yana,

La Llosa baxo, El Lerón,

La Llosona;

La Plana, Cueta, la Canga,

La Payeguina, El Bortón

y La Compra.

En frutales no escasea,

con nueces, “piescos”, ciruelas

y manzanas;

gran variedad de cerezas,

higos, avellanas, peras

y castañas.

Posee muchos manantiales,

rica flora, monte extenso

de buen pasto;

donde un tropel de animales

completan su alimento

con sus prados.

Entre los que hay que nombrar:

Los Praúcos, Prau la Xerra,

Prau falcón;

Xerru Bayuetu, Prau Llugar,

La Llosica, La Cantera

y El Peñón.

Llamargones, Corderea,

Piedra Yana, Les Galleres,

Los Grilleros;

Praúcu, Pieza Fondera,

La Peña, Cantu les Biesques

y Los Heros.

Todo ello fue en otro tiempo,

con esfuerzo generoso,

trabajado;

estando, en estos momentos,

casi todo, en cierto modo,

abandonado.

El lugar que tenía gentes,

con familias numerosas

y esmeradas;

se reducen a presente,
a cuatro o cinco personas
jubiladas.


Daban dignidad al pueblo
muchos, por su actividad
y nobleza;

como José “El Llargu”, Alfredo,

Miguel, Cándidos, Tomás

Y Florenta.

Mino, Plácido, Joaquín,

Urbano, Braulio, Vicenta,

Maximina;

Carmen, Severo Martín,

Marías, Eugenia, Teresa

y Agustina.

Celsas, Alfredo “Coletu”,

Vicente, Aurora, Hortensia

y Sagrario;

Arsenio, José “El Gallegu”,

Chepe, Benigno, Josefa

y Fernando.

Perdónenme los que faltan,

pues son muchos sin nombrar

los que quedan;

todos los de edad mediana,

mocedad, algún chaval

y la "reciella”.

De tantos, actualmente,

sólo residen allí

con Laudina;

que ya está bastantes veces,

Mari, Amada, Ramonín

Y Victina.

Los demás marchamos todos,

por razones fácil siempre

de explicar;

pero al pueblo, aún de este modo,

no podemos, aunque ausentes,

olvidar.

Por eso, cuando podemos

allá vamos, recorriendo

sus espacios;

a veces por simple asueto,

y otras citados con tiempo,

para algo.

Así, en el mes de noviembre,

a él llegamos a “conceyu”

sin desgana;

para, con sidra y biuen temple,

comer algún "amagüestu"

de castañas.

Pero lo mejor del año,

es la estupenda COMIDA

DE HERMANDAD;

que lo de allí ORIGINARIOS,

celebramos siempre en día

fijo ya.

Tosos sabemos la fecha

invariable, el primer sábado

de junio;

para acudir, el que quiera

pasar tal tiempo, animado,

con los suyos.

Cada vez homejeamos

a una persona mayor,

allí nacida;

y en torno a ella disfrutamos,

con paz, cariño y amor,

de tal comida.

A ella asisten los nativos,

a ella asisten los que habitan

o habitaron;

a ella asisten, de los mismos,

descendientes que residan

alejados.

Ya vamos para la octava,

y cada vez percibimos

gratamente;

que en todas ellas se palpa,

el sentir de estar unidos

para siempre.

Que sigamos muchos años,

es de todos el deseo

general;

viendo en presente el pasado,

y el pueblo en nuestro recuerdo

hasta el final.